domingo, 18 de agosto de 2013

CUANDO PEPE AGARRÓ UN LAPIZ

En una ciudad, a un chico qué había nacido le pusieron Pepe. Un día, cuando Pepe tenía un año, sus padres se fueron a cenar juntos a la noche y dejaron a su hijo con una niñera. De repente la niñera, del sueño qué tenía, se quedó dormida y no cuidando mucho de Pepe, él aprovecho y salió de su corralito. Pasó por delante del sillón de la sala donde dormía su niñera y vio arriba de la mesa ratona un lápiz. Ese lápiz era de sus padres, qué lo usaron para anotar el número de celular de la chica para contratarla. Pepe miró con curiosidad el lápiz pero no le importo mucho saber qué era exactamente ese objeto. Por eso agarro el lápiz apretándolo con toda la mano y empezó a garabatear en el papel más cercano qué tenía en una hoja de impresora qué se había caído al piso. Garabateo cualquier cosa pero su garabato se parecía a una araña negra un poco deforme. Cuando sus padres llegaron, la niñera ya despierta los despidió y agradeció qué ellos la hubiesen elegido, pero los padres vieron ese dibujo tan raro. Como yo también supongo que eso era una araña negra ellos también pensaron lo mismo. Llamaron a su hijito y él fue a la sala tranquilamente gateando. Los padres le preguntaron: -Hijito, ¿Fuiste vos el qué hizo esta arañita? Pero aunque Pepe era un bebito y ni idea tenía qué significaba la palabra “ARAÑA”, al menos él entendía un poco de qué le preguntaban si había hecho eso y por eso movió la cabecita de arriba a abajo. Sus padres entendían qué decía qué “SÍ”, y entonces impresionados totalmente del fabuloso don de su bebé lo levantaron hacía arriba, lo abrazaron cariñosamente y armaron una fiesta familiar para avisar a todos qué su nene dibujaba como un chico de cinco años y lo habría hecho. Obviamente, el bebé Pepe hizo el mismo dibujo de “LA ARAÑA NEGRA” a todos sus familiares para qué siempre tengan ese recuerdo de que tenía ese don de dibujar totalmente excelente. JUANA, 8 AÑOS.

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