miércoles, 30 de octubre de 2013
LA SIERRA
Es curioso, el sabor de éste plátano me recuerda al que comía en Alta Gracia, ese que compraba la chica en el mercado. Bueno, a dejarse de pensar en pavadas y a subir la cuesta. Vamos burro! Vá, vá, va´, arriba burrito lindo. ¿Llegaré allá arriba? Tendría que haber dormido anoche, a pesar de los tiros pero ahora estoy acá, a lomo y a los sacudones, cuidándome y cuidándonos de los barrancos. Sólo quisiera leer un poco cuando alcancemos una planicie. Desde acá arriba todo es más lindo, ojalá que esta revolución no se acabe nunca, que dure, así me quedo a vivir tranquilo algún día.
De haberme quedado allá ya sé, tendría la ropa bien limpita. Me levantaría por las mañanas y mate en mano, leería los diarios antes de ir al hospital. O quizás, tendría un consultorio. Me casaría con la más linda, y un coche grande vendría a buscarme, tal vez iría en tranvía. Pero todos los días serían iguales, salvo algún congreso. Leería tantos libros, pero acá también leo mucho. Curaría gente, pero también en la sierra tengo que hacer curaciones de apuro. Tendría algunos amigos, atildados sí, aunque en éste lío en el que me metí, sospecho que los amigos serán para siempre.
Llegamos a la punta del cerro y también bajamos durante semanas y ahora estamos transitando el lugar que nos corresponde. Ya entramos en la historia y queda tanto por reconstruir, que no van a alcanzar los días y las noches para tanto trabajo. ¿Cuál es el límite? ¿Quién me dirá hasta dónde hay que ir, por más que las cosas vayan bien? Después del triunfo, de la organización, de la fe mutua entre nosotros y los estudiantes y los guajiros, ¿Qué vendrá?
El tiempo pasó rápidamente. Ahora me voy muy cerquita del país donde nací. Desconozco mi destino y sé que no va a ser fácil. Si sale bien, entraremos por el norte y desde allí no nos va a parar nadie. Si sale mal quedará en eso nomás, pero estoy seguro, porque la historia se repite, que seremos silenciados y hasta burlados durante décadas. Muchos y a la distancia van a vivarnos, y el tiempo nos dará la razón. El continente se despertará cuando todos juntos quieran despertarse. Y será en ese momento en el que nuestra visión por fin va a ser reconocida.
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