martes, 15 de octubre de 2013
BOEDO
Boedo es lo más porteño de la ciudad. Es el Valiant de mi papá, mirando al revés, en la calle Estados Unidos cuando era mano y contramano. Recuerdo ese flash como la primera imagen de mi vida. Es la parra del conventillo y los bichitos de San Antonio. La hilera de piezas y las fiestas familiares con las puertas abiertas a la calle. Doña Carmela y toda su bondad y generosidad calabresa. Don Cirilo y sus misterios, las siestas de verano al aire libre, la visita inesperada de algún tío lejano, las correrías con mi hermano. Mamá haciendo crema de vainilla y un vecino tratando de convencerme para que me haga cuervo. Los ecos de gol que venían de avenida La Plata. Los corsos interminables, las mesas improvisadas vendiendo pomos y papel picado. La avenida Boedo, el Sol di Napoli, la Piccoli Italy, el café Dante y la sagrada pizzería San Lorenzo. Los hermanitos que fueron llegando. Después de Boedo, la familia fue a parar a Almagro. En Almagro, todos esos años fueron nublados. A Boedo la recuerdo siempre soleada.
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Gracias Rep, existe Tannure, no existe? No sé,sea quien sea el que escribe, llegué claro gracias a tu programa y lo disfruto intensamente
ResponderEliminarabrazo
julio calvo